Es hablar de veinte años y a todos venirnos a la cabeza ese tango que dice que no son nada, que es un soplo la vida, pero bien sabemos también que pueden considerarse una pequeña eternidad aunque se pasen volando. Por eso en Logroño Deporte se premia la fidelidad a las dos décadas con el 'Carnet Dorado', que reciben todos los abonados en su domicilio junto con una carta de agradecimiento para disfrutar de un mes de acceso gratuito a varios servicios como el espacio hidrotermal o las pistas de pádel, entre otros.
En este 2016, 319 personas lo han recibido tras darse de alta como abonados hace veinte años. Echamos la vista atrás con algunas de ellas, cuando el Club Deportivo Logroñés jugaba en Primera División y las numerosas instalaciones para hacer deporte en la capital riojana apenas eran un proyecto. Es en lo que más hace hincapié Eloina, quien asegura mostrarse "muy contenta" por todos los cambios hasta asegurar que son "impresionantes".
Lo que más le gusta, asegura, es el agua, aunque últimamente reconoce que no acude todo lo que le gustaría: "Me he enredado un poco y estoy un poco vaga, pero me gusta mucho. Me encantan las piscinas, las cubiertas y las de verano, y ahora en cuanto empiece el verano a ver si me pongo las pilas y voy todos los días". Es en esta época estival cuando más uso le da a su carné, sobre todo en el Complejo Deportivo de Las Norias, donde se pasa todo el tiempo que puede nadando.
Eloina también cuenta que acude al gimnasio de La Ribera (sobre todo en invierno cuando hace mal tiempo) para hacer algo de ejercicio, "aunque de mantenimiento", comenta entre risas, nada de coger pesas ni ponerse cachas. En parecida situación está Visitación, que a sus 83 años también es una asidua de las piscinas de Logroño Deporte. La edad no pasa en balde, destaca, pero cuenta que baja siempre que puede, tanto a La Ribera en invierno como en verano a Las Norias.
"El verano pasado estuve con las piernas un poco malas y no pude bajar, y este año he ido poquito porque se me duermen las manos", comenta, aunque también tiene un pequeño plan 'b'. Los sábados y los domingos se pasa todo el día con las amigas por la zona de Las Norias, su lugar preferido del verano en cuanto aparece el sol. "Bajamos a comer, nos bañamos un poco en la piscina, damos algún paseo alrededor de todo... está muy bien para hacer cosas tranquilas", añade.
Y en esa misma línea de andar últimamente con poco tiempo para hacer cosas se encuentra Sagrario, quien ella es más de utilizar Logroño Deporte para hacer actividades que no haría de otra forma. "Este año no estoy apuntada porque tengo una pequeña lesión, pero durante diez años he hecho aeróbic e interval step -consiste en realizar un trabajo físico completo siguiendo una secuencia de ejercicios que tienen como base principal las subidas y las bajadas de una plataforma rectangular elevada- en el polideportivo de Madre de Dios", relata.
Algo más joven que ellas es Miguel Ángel, abonado a Logroño Deporte también desde hace dos décadas, sobre todo por el gimnasio. Un asiduo, al igual que Visitación y Eloina, a La Ribera, aunque con mucha más frecuencia: cuatro días a la semana. Y durante todo el año, aunque confiesa que en verano se deja caer alguna vez por Las Norias y que hace un tiempo se apuntó a varias actividades, entre las que destaca el aeróbic que estuvo practicando durante un año entero. Por último, también destaca el cambio en las instalaciones por la parte que le toca como ex entrenador del fútbol del Valvanera: "Es un placer jugar en Pradoviejo".
El verano está a la vuelta de la esquina. Comienzan a subir las temperaturas, el día tiene más horas de luz que de oscuridad, los pueblos tienen más actividad el fin de semana y la agenda comienza a llenarse de pequeñas quedadas para practicar deporte al aire libre. ¿Echamos un pádel esta tarde? ¿Nos vamos un rato a la piscina? ¿Sacamos la bici un rato y vamos a dar una vuelta?
El buen tiempo es sinónimo de mayor vitalidad y el deporte es una excusa perfecta para pasar buenos ratos, bien sea en compañía o en soledad. Aquí van unas cuantas propuestas para que no se te olvide ningún deporte en el que intentar convertirte en campeón del mundo en unas semanas.
1. Pádel
El pádel se ha convertido en uno de los deportes por excelencia para juntar a cuatro personas y el verano invita a practicarlo al aire libre, aunque los más fanáticos tienen también pistas cubiertas para no decaer en invierno. Es recomendable que todas las parejas tengan un nivel similar para que los partidos sean más entretenidos.
2. Ciclismo
No hace frío. Tampoco suele llover. Es momento de sacar la bici del trastero y empezar poco a poco a recorrer kilómetros, tanto por carretera como por senderos (el camino de Santiago, la vía Romana del Iregua, el parque del Ebro...). No hace falta subir puertos como los ciclistas en el tour, pero seguro que poco a poco comienza el pique por aspirar a cotas más altas y aumentar la distancia.
3. Natación
Basta con una piscina con unos metros suficientes para poder estirar los brazos y las piernas. También vale el mar, un río con una buena poza o los pantanos de El Rasillo y Mansilla. Un bañador, una toalla y ganas de avanzar por el agua. Incluso de practicar varios estilos para no quedarse en el crol.
4. En el frontón...
La modalidad más sencilla quizás sea el frontenis porque no exige un gran conocimiento de la mecánica como la pala o la cestapunta, pero todo vale en las dos paredes. La pelota es también otra modalidad a practicar, aunque en esta conviene empezar poco a poco para no hacerse daño en las manos. Qué sería de las tardes en los pueblos más pequeños sin ese frontón donde reunirse.
5. Pachangas
Fútbol (sala, siete, ocho, once...) o baloncesto. El caso es que debe haber un balón de por medio. El número de jugadores decidirá si debe haber dos canastas o vale con una. Porterías siempre debe haber dos. Una buena manera de reunirse una cuadrilla grande con la que disputar un partido con nada más que la pequeña honra en juego e incluso hacer nuevas amistades con incorporaciones que van apareciendo a medida que falta alguien para completar el cupo.
6. Más con raquetas
Desde el completo tenis al técnico ping-pong, pasando por el bádminton. Todos tienen sus peculiaridades y pueden reunir a varios amigos, sobre todo el segundo por la posibilidad de ir turnándose en partido más breves, pero intensos.
Ping-pong
7. En la playa...
Aquí vale casi cualquier modalidad sobre la arena. Aquellos que se vayan de vacaciones a la costa, que recuerden que allí pueden practicar el voleibol, jugar con un freesbee, unas palas, volar una cometa, correr por la arena... las playas son uno de los escenarios más concurridos en verano. Además, para evitar el cansancio y el sudor, tenemos muy cerca el mar para darnos un buen chapuzón.
8. Alpinismo
Los más atrevidos también pueden lanzarse al alpinismo, que en verano ofrece alguna comodidad más y más paisajes que el invierno, cuando las temperaturas son más extremas y la dificultad aumenta de manera considerable.
Consejos básicos para practicar deporte en verano
- Evitar las horas centrales del día. Con una temperatura de 32 grados y una humedad relativa del 80% el cuerpo no evapora agua a través del sudor y, por lo tanto, no hay pérdida de calor. En estas condiciones se debe evitar la práctica de todo ejercicio físico. Los mejores momentos para hacer deporte son a primera hora de la mañana o a última de la tarde, aprovechando las temperaturas más frescas.
- Hidratarse de forma continua. Si la actividad dura menos de una hora con tomar agua fresca (125 cc cada 15-20 minutos) es suficiente. En cambio, si se extiende más de 60 minutos, hay que ingerir bebidas isotónicas (500 cc unos 60 minutos antes del ejercicio y entre 100 y 125 cc cada cuarto de hora durante la práctica).
- Vestir con ropa ligera, de colores claros, que sea cómoda y transpirable. Proteger siempre la cabeza con una gorra que permita el paso del aire. Aplicar cremas solares en la piel expuesta al sol.
- Evitar las comidas copiosas antes de empezar el ejercicio.
- Hay que saber reconocer las primeras señales de alarma, calambres, fatiga profunda, mareos, para evitar que llegue el temido golpe de calor.
No hay dudas en que estos meses de junio, julio, agosto y septiembre son los más adecuados para disfrutar de una buena caminata, ya sea en compañía o en solitario para reflexionar o conectar con la naturaleza. Bien sea con el llamado 'senderismo' o con un simple paseo, el verano ofrece las mejores condiciones para salir de casa a hacer el ejercicio deportivo por excelencia.
Evitando las horas centrales del día cuando más aprieta el calor, planificando las rutas, hidratándose lo suficiente y protegiéndose tanto la piel (crema solar) como la cabeza, así como utilizando ropa cómoda y transpirable, tendremos una placentera experiencia con la que olvidarse de la rutina. Aquí van cuatro ideas para comenzar en Logroño, aunque también es interesante ir descubriendo caminos y parajes por uno mismo.
Logroño – Oyón - Logroño (11 kilómetros - 2 horas – dificultad media)
Aprovechando la reciente reforma de la cuesta de Pavía, ya se puede ir a Oyón con completa seguridad sin miedo a la circulación rodada y sin tener que recurrir al camino viejo. Son poco más de cinco kilómetros con la única dificultad de la citada cuesta. Poco después de doblar por donde se encontraba el Imperial Montesol, podemos coger un camino a mano derecha que nos llevará por un polígono industrial hasta el centro de la localidad.
Vía Romana del Iregua (8 kilómetros – 1,30 horas – dificultad baja)
Partiendo desde Puente Madre, podemos hacer los primeros kilómetros de la Vía Romana del Iregua caminando junto al río. El paisaje, sobretodo en estos meses de verano, es fantástico. Una vez pasado por debajo del puente de la autopista, apenas un kilómetro después, veremos un cruce de caminos, en el cual, si siguiéramos recto acabaríamos en Alberite un par de kilómetros más arriba. Cada uno puede decidir por dónde ir, pero quizás sea más recomendable girar a mano derecha hasta volver a cruzar la autopista, esta vez por arriba, y tomar el camino viejo de Alberite de vuelta a Logroño.
El Campillo (6 kilómetros – 1,15 horas – dificultad baja)
Un buen recorrido si no tenemos mucho tiempo libre una tarde cualquiera es coger el Parque del Ebro y dirigirnos hacia el oeste hasta el Puente de Sagasta, el de más reciente construcción. De allí si queremos podemos asomarnos a la Ermita del Cristo, que está a un paso, o atravesar el puente, pasar el ferial y girar a la altura de la gasolinera. Desde ahí, poco más de un kilómetros de agradable paseo hasta el Puente de Piedra, por donde podemos regresar al punto de partida.
Monte Cantabria (6,5 kilómetros - 2 horas – dificultad alta)
Si eres logroñés y nunca has subido al monte Cantabria, no sabes lo que te estás perdiendo: sin duda, las mejores vistas de la ciudad. Claro que, por definición, un monte “cuesta”. La forma de llegar no es demasiado complicada: una vez cruzado el Ebro, nos dirigimos por el pozo Cubillas, hasta llegar a un cruce hacia el norte, donde nos encontraremos los huertos municipales. Desde allí, seguimos el Camino de Santiago en sentido inverso hasta que veamos el cruce para el ascenso a mano derecha. La vuelta la podemos hacer por donde hemos venido, o bien por detrás, por un camino menos cuidado, que nos lleva al camino de Viana.
Lardero (9 kilómetros – 1,40 horas – dificultad media)
Lardero es casi como Roma: todos los caminos te llevan a la ciudad dormitorio por excelencia de Logroño. Vamos a usar el camino más fácil. Tomamos el Camino Viejo de Alberite a la izquierda de la gasolinera de Las Gaunas, y, a partir de ahí, todo recto, pasando por el puente que cruza la autopista. La vuelta la podemos hacer girando a mano derecha en las escuelas para coger el Camino Viejo de Logroño. Cuesta arriba a la ida, pero muy leve.
La Grajera (14 kilómetros – 2,30 horas – dificultad media)
La suerte que tenemos los logroñeses de tener un parque de tal belleza... y habrá alguien que todavía no se haya atrevido a conocerlo. La forma de llegar es bien sencilla: basta con seguir el Camino de Santiago, perfectamente señalizado con sus flechas amarillas. Desde el Labrador tenemos algo menos de seis kilómetros hasta llegar al pantano. Una vez allí, es aconsejable la vuelta al mismo. Son poco más de tres kilómetros, pero que lo compensaremos viendo gamos en semi-libertad, ardillas, y unas vistas fantásticas a mitad de recorrido. La pequeña cuesta de acceso al parque es la única y leve dificultad.
El extriatleta Carlos David Prieto es el entrenador del campeón del mundo de triatlón Javi Gómez Noya, quien este domingo 22 de mayo abre la temporada en el Grand Prix de Dunkerke, la primera prueba puntuable del Grand Prix francés. Es la competición previa al Europeo de Lisboa, que se celebrará el 29 de mayo en la capital portuguesa. Tras superar los problemas físicos y personales de inicio de año, Gómez Noya empieza a competir. Hemos charlado con su preparador para conocer un poco más al detalle los pormenores de sus entrenamientos.
¿En qué consiste el entrenamiento de un campeón?
Es un trabajo en el que intentas sacar un máximo rendimiento a gente que tiene condiciones excepcionales. No difiere demasiado de personas con otras características, pero la diferencia es la capacidad de asimilar las cargas y trabajar en lo suyo que tienen los deportistas de élite. Y soportar grandes presiones y competiciones. El entrenamiento es similar, aunque más exigente.
¿Cómo sería un día de trabajo normal?
La carga horaria oscila, depende de si es invernal o entre competiciones, pero suelen ser entre 20 y 30 horas semanales de entrenamiento. Tres o cuatro sesiones diarias y en periodo competitivo, como hay viajes y desplazamiento, se disminuye la carga de volumen, pero hay más intensidad. Son jornadas laborales como las de cualquier persona. Desde que te levantas, hasta la noche, tu trabajo es entrenar o recuperar.
¿Planificáis y programáis todas y cada una de las sesiones o dejáis abierta la puerta a la improvisación ?
Se planifica toda la temporada. Se hace un plan general y luego según lo que te encuentres: lesiones, resultados... se varía la línea a seguir, pero con la planificación primera intentando separarse lo menos posible del objetivo inicial, salvo que tengas alguna circunstancia muy grande como un accidente o una lesión. Los entrenamientos siempre tienen cierta flexibilidad.
El triatlón es un deporte de extrema dureza. ¿Qué importancia tiene la mente? ¿Se puede entrenar de alguna manera?
En el caso de Javi, él tiene la capacidad mental de serie. Es una persona que no necesita un trabajo excesivo en este sentido porque tiene una fortaleza que lo diferencia de sus rivales y lo ponen al nivel que sólo tienen tres o cuatro rivales en el mundo, aunque también tiene altibajos como cualquier persona. En ese caso, intentamos gestionar sus momentos de problemas como lesiones u otras circunstancias. A partir de ahí, tirar para adelante.
¿Puede extraer una 'personal normal' algunas pautas de vuestros entrenamientos y preparación?
Los planes de entrenamiento tienen que amoldarse a la persona. Cada uno necesita unas determinadas pautas y días. Lo que puede valer para uno, para otro no. En el alto nivel, cada atleta se lleva de diferente manera. Lo difícil es trabajar muy duro durante mucho tiempo. Hay gente que tiene capacidad de trabajar duro, pero durante mucho tiempo es lo complicado. Estar concentrado las 24 horas del día en ello es extremadamente exigente y es en lo que la gente falla.
¿Hay diferencias en los entrenamientos según la estación del año en que se desarrollen?
La climatología y las horas de luz influyen bastante en los entrenamientos. Al nivel que se mueve la gente de élite mundial, es común que la gente se traslade a lugares donde puede entrenar de manera óptima. Se huye del invierno y se va a sitios con más calor y mejor temperatura. En el caso nuestro, los inviernos los pasamos en Canarias, Sudáfrica o Australia porque eso te permite trabajar en mejores condiciones. Es difícil entrenar en el norte de Europa o España al 100%.
¿En qué viene bien el verano?
Hay mejor motivación y mayor disposición de trabajar cuando el clima es bueno: luz, temperatura... las bajas temperaturas son un problema, por ejemplo, para montar en bicicleta con objetivos de 400 kilómetros a la semana en un temporal. Te puedes poner enfermo con mucha facilidad.
¿A qué se debe tener cuidado en verano o dónde están los puntos principales?
Al pasar mucho tiempo de calor y sol, hay que tener cuidado con la piel y la hidratación. Las comidas también son importantes. Al estar con entrenamientos de más horas, necesitas un aporte calórico mayor y mayor hidratación porque hay más desgaste. Hay que adaptar el cuerpo al régimen de verano y sus condiciones.